Cultura Organizacional en Instituciones de Salud

En el ámbito del gerenciamiento en salud se utilizan diversos enfoques para comprender la naturaleza de las organizaciones y las fuerzas que actúan en ellas. A veces el énfasis cae en la configuración estructural, explorando distintas formas organizacionales y las estructuras de comando y control que facilitan la coordinación. En otros casos, el foco descansa más en lo contractual y lo económico, con atención a la diferenciación de roles y responsabilidades dentro de las organizaciones, y también entre ellas, y a la importancia de las obligaciones contractuales, los flujos de fondos y los incentivos para configurar la prestación de servicios. Pero además de estos intereses tradicionales, en las últimas dos décadas se ha observado un creciente interés por los aspectos sociales y culturales más sutiles de las organizaciones. Esta nueva tendencia se basa en conceptos de antropología social, los cuales han desplazado el interés clásico por los aspectos estructurales, económicos o de procedimientos.

Temas clave en estas exploraciones han sido el intento de explicar los fundamentos de los fracasos organizacionales y el estudio del cambio de las culturas institucionales para impulsar mejoras de la performance. En ningún sitio estas cuestiones culturales sobresalen más que en la discusión de la calidad y la seguridad clínicas.

La concepción de la cultura como motivo de fracasos o como ingrediente para la mejora de servicios se basa en un número de ideas implícitas. Primero, asume que las organizaciones de salud tienen culturas discernibles que existen con un cierto grado de estabilidad. O sea, hablar de cultura en organizaciones presupone que existen regularidades empíricas en el escenario organizacional que se pueden describir en términos antropológicos. Segundo, la lógica del cambio cultural deliberado sugiere que, al menos hasta cierto punto, esas regularidades o características organizacionales son maleables, si no totalmente manejables. Tercero, esta lógica también sugiere que pueden identificarse atributos culturales particulares que facilitan o inhiben la performance, como quiera que ésta se defina. Por último, el interés en los determinantes culturales del éxito o fracaso sólo tiene sentido si es posible asegurar que las intervenciones producirán beneficios superiores a las inevitables consecuencias disfuncionales.

Esta vasta gama de asunciones y la cuidadosa lógica que las enlaza requieren una buena dosis de análisis crítico. El estudio que hoy presentamos se enfoca en ello: desplegar lo que se considera por cultura organizacional en el contexto de salud, presentar algunas de las fuentes de ideas y determinantes conceptuales de la cultura organizacional, y examinar algunos de los procesos (deliberados o no) que subyacen al cambio cultural. Se abordan además la teoría y la evidencia sobre la relación entre cultura organizacional, performance y calidad en salud. Y al hacerlo se ofrecen aportes y conocimientos avanzados que fortalecen los recursos del analista y del ejecutor para abordar esta dimensión crítica del desempeño de las organizaciones.

Formato: Impreso + Digital