Dado que las camas hospitalarias son un recurso económico limitado, existe una presión natural por asegurar una alta ocupación y minimizar la dotación de camas vacías. Pero la saturación de la capacidad de camas resulta en suspensión de internaciones programadas, demoras en las internaciones urgentes, y hospitalización de pacientes en áreas inapropiadas.

Las demoras en el acceso a una cama libre pueden implicar además riesgos clínicos y generar insatisfacción en los usuarios. Y el uso ineficiente de los recursos hace de esto un problema para la sostenibilidad del establecimiento.

La resolución del problema representa entonces una tangible oportunidad de beneficio para la institución y para los pacientes. Este programa desarrolla competencias para utilizar óptimamente los recursos de hospitalización.